La categoría está conformado por Metalfor, Grupo Tagle, y el Instituto Oulton.
Arrancó la votación en el premio Córdoba Empresaria. Tras la etapa de presentación de candidatos, el reconocimiento que tiene el acompañamiento exclusivo de Bancor y el apoyo de Sancor Seguros, Dakota Desarrollos Inmobiliarios, Ferrocons, MAC Wagen, Agencia ProCórdoba y IAE Business School.
La terna Empresa Destacada, que reconoce a las compañías por lo que hicieron en el año y por su aporte a la economía de Córdoba, quedó integrada de la siguiente forma.
La presencia de la mujer en la industria de “los fierros” es cada vez más importante, en parte gracias al avance de ejecutivas como María Rosa Miguel, vicepresidenta de Bertotto Boglione, un grupo donde Metalfor se ha convertido en la nave insignia.
“Naturalmente, en esta industria se ha dejado la diferenciación de género y vamos hacia la complementación. Nosotros cuando hacemos búsquedas laborales, no se pone condición de género. Esto lo tratamos de inculcar en el grupo; la clave es ir hacia la igualdad de oportunidades más allá del género”, asegura.
La ejecutiva es parte de un grupo integrado por Bertotto Boglione (tanques industriales), Metalfor (pulverizadoras y cosechadoras para el agro), Prats (radiadores industriales) y Oxiple (servicios para empresas de maquinaria agrícola).
De los 1.200 empleados que tiene el grupo en la zona de Marcos Juárez, 800 pertenecen a la fabricante de maquinaria agrícola, que este año se ha convertido en su unidad productiva más destacada, por la explosión de demanda en esta industria.
Bertotto Boglione compró Metalfor en 2017, a partir de lo cual implementó una serie de mejoras e innovaciones. El “boom” de la actividad agropecuaria, la brecha entre el dólar oficial y el informal, la aparición de líneas de crédito y la restricción a comprar moneda estadounidense, todos estos factores confluyeron en plena la pandemia del virus Covid-19 para que el productor se volcara a comprar maquinaria agrícola como una oportunidad de reserva de valor.
“Tenemos unidades vendidas hasta febrero de 2022; así está actualmente todo el sector. El año que viene va a ser un año igualmente bueno, pero más normal, no con esta sobredemanda”, recalca Miguel.
La firma produce 350 equipos anuales en pulverizadoras autopropulsadas. Ahora, la nueva apuesta es a la fertilización.
“Estamos poniendo mucho foco en investigación y desarrollo para los equipos de fertilización, trabajando junto con el cliente, porque el agro está orientado en este sentido. Esto va a marcar la diferencia de la productividad en los próximos años”, agregó.
Su última apuesta fue retomar este año la fabricacion de cosechadoras, una producción que la empresa había iniciado en 2004 y la había discontinuado en los últimos años.
A punto de lanzar al mercado las primeras unidades, el programa de crecimiento es del 30 por ciento anual: hasta llegar a un ritmo de 100 unidades anuales en cinco años. Con ese protagonismo, la empresa de Marcos Juárez se quedaría con el 10 por ciento del mercado nacional.
La gran apuesta es aumentar la sustitución de importaciones, en un mercado donde la industria nacional apenas representa el uno por ciento de las ventas.
Con 42 años de trayectoria, el Instituto Oulton alimenta una receta que lo posiciona en un lugar de liderazgo a nivel nacional. Es aportar a la práctica médica los métodos tecnológicos más modernos disponibles para el diagnóstico y el tratamiento.
Lo hizo en todas las épocas y lo mantuvo en el momento quizás más difícil que haya conocido el sistema de salud privado y público –la pandemia de Covid-19–, con los números de toda la actividad en un rojo vibrante y el capital humano al límite de la exigencia.
“Los genes de las células frente a agresiones pueden desencadenar algunos cambios para que las células sobrevivan. Y así también los genes de los comportamientos humanos y de las organizaciones”, refiere Sergio Lucini, director de la empresa.
Ante la “agresión” del Covid-19, Oulton desplazó el equilibrio natural de sus genes institucionales, modificó las prioridades por las cuales se lo conoce, y se concentró en lo más importante: preservar la vida de los pacientes que apelaban a sus servicios tecnológicos y médicos en plena emergencia.
Esta experiencia dejó al Instituto “fortalecido en varios aspectos”, explica Lucini. Además del conocimiento adquirido sobre una enfermedad, como el Covid-19, se aceleró la utilización de la tecnología para la producción, la logística y entrega de informes. “De la amenaza llegamos a una oportunidad”, apuntó.
Con un 2020 y un 2021 complicados, Oulton podría haber aprovechado para levantar el pie de la inversión. Pero hizo lo contrario. Continuó con la ejecución de un plan de siete millones de dólares para poner en funcionamiento en marzo próximo el primer ciclotrón del interior del país.
¿Qué es? Un acelerador de partículas que se emplean para producir radioisótopos, lo que permite fabricar radiofármacos, con los que se pueden diagnosticar y tratar enfermedades oncológicas.
La explicación es bastante científica pero vale la pena exponer sus ventajas. Una molécula tiene una vida media de 20 minutos, trasladarla de Buenos Aires, donde funcionan tres aparatos de este tipo, resulta imposible. Hay otras que duran 110 minutos, explica Lucini. Córdoba podrá producir los radiofármacos como una industria y distribuirlos velozmente al interior de la Argentina.
Además de esa inversión en pleno desarrollo, el Instituto incorporará dos nuevos resonadores magnéticos, en un escenario donde la financiación de la salud atraviesa por un bache conocido.
¿Dónde encaja el gen de su fundador en estos desarrollos y en el futuro de la empresa? “La motivación personal de un líder de las características de Carlos Oulton dentro del grupo permite alcanzar el objetivo que la institución se proponga para darle a Córdoba la tecnología que se merece”, concluye Lucini.
¿Llevar toda la comercialización de automóviles fuera de las principales avenidas de la ciudad? Esa inquisidora pregunta resonó fuerte en el mercado cordobés cuando una década atrás el Grupo Tagle anunció el desarrollo de Autocity, finalmente inaugurado en 2013.
Las concesionarias de Fiat, Peugeot, Renault y Nissan operadas por la empresa hicieron las valijas y mudaron su ubicación al lado oeste de la Circunvalación en busca de concentrar la oferta al cliente y optimizar los costos operativos en un negocio que viene achicando los márgenes desde hace rato.
A principios de septiembre de este año, el Grupo inauguró en ese mismo lugar la concesionaria de Jeep y ya comenzó la construcción integrar a la oferta de ese complejo que ahora es referencia ineludible a la hora de comprar vehículos cero kilómetro y también usados a la marca Volkswagen, que en la actualidad opera en Villa Allende.
En este recorrido, Tagle también incursionó en la venta de motocicletas, con la insignia Vespa y luego con Royal Enfield.
En el plano inmobiliario, a su proyecto de Estancia El Terron, inaugurado en 2019, sumó este año un barrio de clase media en Malagueño que, aseguran en la empresa, le cambiará la cara a esa ciudad dándole un nuevo impulso.
Y también se metió en el negocio tecnológico, con Asofix y Carmuv, dos proveedoras de servicios que empiezan a venderse a terceros clientes en Buenos Aires.
“Pese a todas las vicisitudes de este país, tenemos vocación inversionista”, remarca Manuel Tagle (h), el líder natural de un equipo conducido por sus hijos Gregorio, Ezequiel, Germán y Andrés. “Ellos me han retirado un poco de las decisiones cotidianas”, asegura el empresario, “pero doy mi opinión”, se sincera.
Aunque la compañía tiene los pies puestos en varios platos, Tagle admite que la prioridad es la comercialización de vehículos. “Nuestro gran éxito en Autocity es explotar la ventaja comparativa de tener volumen y concentrar todas las actividades operativas. Centralizamos, bajamos los costos, mejoramos la competitividad y conseguimos algo más de rentabilidad”, describe.
La actividad inmobiliaria, en cambio, transita con otras velocidades. “Es de alguna manera menos riesgosa que vender autos. Uno puede parar las obras y esperar hasta ver que pasa. En las concesionarias hay que sostener las estructuras en todo momento”, dice.
Tagle señala que tras un 2020 con “una demanda importante”, este año se complicó a partir de las fuertes restricciones a las importaciones para que las marcas completen su oferta. “Prácticamente estamos vendiendo sólo autos producidos en el país”, se queja, aunque mantiene la expectativa de que soplen otros vientos.
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