• La chatarra será reintroducida al circuito industrial como nuevos insumos de la Economía Circular.
  • El depósito 19 será cerrado una vez terminadas las tareas de compactación de los vehículos.

 

Dos mil vehículos entre autos, motos y camionetas que durante años se encontraban en los depósitos municipales, serán compactados y transformados en nuevos insumos para la industria siderúrgica.

Se sumarán a los 3500 que ya se convirtieron en chatarra anteriormente.

La Municipalidad de Córdoba avanza con el despeje de los depósitos 19 y 7, localizados en los barrios San Martín y Villa Páez.

Ya comenzó la compactación de 452 automóviles y 98 motocicletas abandonadas que se encuentran en el depósito municipal 19, de barrio San Martín. En respuesta al pedido de los vecinos y vecinas, el lugar será cerrado una vez completadas las tareas.

Las acciones no representan costo alguno para el municipio capitalino, ya que la empresa adjudicataria Empresa Hierros Arce S.A. ejecuta el trabajo y abonará al Estado municipal un canon establecido por la venta de la chatarra obtenida.

El proceso contempla también los vehículos irrecuperables que se encuentran en el depósito 7, ubicado sobre avenida Ramón B. Mestre de Villa Páez, y de otros espacios municipales.

El proceso inició en la anterior gestión municipal y fue habilitado por la sanción de la ordenanza 13.001, que permite al Estado municipal la compactación y disposición final de los vehículos que se encuentran en corralones y/o depósitos públicos de la ciudad.

El proceso

Antes de ser compactados, a los vehículos se les extraen baterías y los tubos de GNC. Los primeros son tratados como residuos peligrosos, mientras que los segundos son inutilizados con un corte por cuestiones de seguridad.

Realizado este paso, la máquina compactadora utiliza una pluma en forma de garra que toma el vehículo y lo deposita en la caja estanca de carga de 1,73 metros de ancho por 5,25 de largo.

El prensado se realiza a través de bombas hidráulicas que presionan con toneladas de potencia una tapa metálica y una pala. Estas son las encargadas de la forma de cubo de chatarra a la que se reducen los vehículos.

En paralelo se activa un sistema que recolecta líquidos del vehículo como agua, refrigerante y aceites, los cuales se conducen hasta un depósito especial para su tratamiento como residuos peligrosos.

En 10 minutos el vehículo sale de la caja de carga convertido en un bloque de 0,5 metros cúbicos de aproximadamente una tonelada de peso, que se apilan y luego son trasladados a las acerías encargadas de su fundición.

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