• 522 LED cumplimentan el primer paso para ejecutar las obras necesarias de revitalización del espacio verde.
  • Passerini recorrió el parque junto a los vecinos del sector.

En 1992 el por entonces intendente Rubén Américo Martí inauguró un gran pulmón verde de 62 hectáreas en la zona sudoeste de la ciudad: el Parque de la Vida.

El espacio verde tuvo una década de esplendor. En los 90’, vecinos de los barrios Parque Capital, Ameghino Sud, Rosedal y Ampliación, Mariano Balcarce, A.T.E, Benjamín Matienzo y René Favaloro Sud elegían pasar el tiempo libre en un parque de gran atractivo para el esparcimiento y el contacto con la naturaleza.

Luego, el abandono. Durante 20 años las sucesivas gestiones municipales miraron para un costado o no estuvieron a la altura para revertir la falta de mantenimiento e inversión que llevaron al Parque de la Vida a convertirse en un símbolo del abandono. Poco a poco los vecinos dejaron de encontrarse por la oscuridad que envolvía al sector y el ideario de Martí cayó en el olvido.

A 31 años de su creación y a dos décadas de su profunda desatención, la gestión del intendente Martín Llaryora ilumina las 62 hectáreas con 522 luminarias LED: el primero paso para revitalizar el Parque de la Vida.

“Los vecinos nos expresaron sus deseos de preservar un patrimonio de la ciudad tan valioso como el Parque de la Vida. Y la puesta en valor fue producto de las ideas y sentimientos que sienten los vecinos de acá”, expresó el viceintendente Daniel Passerini en el lugar.

“Hemos retomado la confianza con los vecinos, a través del consenso y las obras que ya son palpables, después de años y años de abandono. Por eso les cuento que a partir de mañana comenzamos con la puesta en valor del espacio verde”, anunció Passerini.

Por su parte, el secretario de Gobierno y Gestión General de Gabinete, Miguel Siciliano, destacó: “Todo el municipio vive esto con mucha alegría. Hablamos con los vecinos, con los centros vecinales y de esa charla resultó este pedido. Y acá estamos inaugurando la obra que ellos mismos decidieron”.

Las obras comprenden la instalación de 500 LED de entre 200 y 165 watt, aproximadamente 7.000 metro de zanjeo y la conexión de nueve tableros de comando, protección y maniobra.

Se instalaron columnas de PRFV en la zona de juegos y de tipo tubing en el resto del parque. Este último material reciclado fue utilizado en el proceso de extracción de petróleo que duplica el coeficiente de resistencia a la tracción y la compresión en comparación con las columnas tradicionales.

Se recuperaron 66 columnas de alumbrado existentes.

Con el objetivo de disminuir los hechos vandálicos, los tableros y cajas de conexión se instalaron en altura, entre los cinco y los nueve metros.

Los cables se sitúan a un metro de profundidad: el doble de lo habitual en estos trabajos. Por intervalos se fijan con bloques de hormigón para prevenir su sustracción.

En cada punto de luz se cumplimenta lo legislado por la Ley de Seguridad Eléctrica.

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