- Restos de poda, neumáticos fuera de uso, escombros y hasta autos abandonados generan materiales circulares.
En 2024 se valorizaron 12.582 toneladas que antes se enterraban y ahora son nuevos insumos para la Economía Circular. La política es impulsada por la Municipalidad de Córdoba y articula el esfuerzo de vecinos, el sector público, privado y otras organizaciones en la ciudad.
Junto con los habituales plásticos, cartones, vidrios y aluminio, se están recuperando a gran escala metales de la compactación de autos y motos abandonados. A esto se suman chip y compost generados a partir de restos de poda, así como toneladas de combustibles alternativos a partir de neumáticos fuera de uso, entre muchas otras acciones.
El municipio dispone de una amplia red pública para la captura, separación y muchas veces transformación de estos residuos. El círculo crece junto a empresas y emprendedores que reinsertan esos insumos en nuevos productos circulares.
En la ciudad, uno de los mayores puntos de recuperación está en el Parque de Economía Circular, montado en Piedras Blancas. Este es el lugar que recibe los residuos de la ciudad y otros municipios metropolitanos. Por eso, más circularidad implica menos enterramiento.
El predio es administrado por la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (CORMECOR). En el lugar se procesaron 5.755 toneladas de diversos materiales. Actualmente operan dos firmas que montaron sus plantas en el lugar: Geocycle y Contrini.
Algunos componentes de la basura domiciliaria, los restos de poda previamente chipeados y los neumáticos fuera de uso ya triturados, se utilizan como combustible para hornos cementeros.
En el sitio además se separan Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, procesados en la empresa PROGEAS. A su vez, los cientos de toneladas de escombros que llegan al predio se acopian para el relleno y nivelación de terrenos, así como la consolidación de caminos de tierra.
Otro aporte central a la Economía Circular de la ciudad lo realizan los seis Centros Verdes y los CTR Rancagua y Villa Unión. Todos estos puntos dependen del Ente Córdoba Obras y Servicios (COyS). Allí se procesaron 5.676 toneladas en el primer trimestre de 2024.
Los Centros Verdes (CV) se especializan en residuos secos como plásticos y celulósicos, que se comercializan a empresas locales. Y desde el año pasado se sumó la captura de telas, utilizadas en nuevas prendas y objetos mediante emprendedores de la moda.
Por su parte, los Centros de Transferencia de Residuos (CTR) reciben fracciones de todo tipo, facilitando el descarte de objetos voluminosos que no pueden ser retirados por el servicio de recolección habitual.
Más circularidad
Recientemente, cientos de autos y motos abandonados en los depósitos de la ciudad también comenzaron a recuperarse. Los hierros reingresan como material de fundición para la industria siderúrgica. Las tareas son realizadas por la empresa Hierros Arce S.A.
La compactación de 750 autos y 700 motos abandonadas aportaron casi 900 toneladas de chatarra como recursos de Economía Circular.
Por otra parte, la poda es además una gran fuente de productos circulares. Uno de los lugares donde se trabaja esa fracción es el Centro de Procesamiento de Restos Verdes, ubicado en las instalaciones del Polo 52, al este de la ciudad. Entre enero y marzo se generaron unas 260 toneladas de chips, compost y leña social, entre otros.
El lugar depende de la Secretaría de Ambiente Sustentable y Economía Circular. Es fruto de una colaboración con la Universidad Nacional de Córdoba, el INTA, el INTI, la ADEC y el Departamento de Agronomía del municipio.
La innovadora Escuela Municipal de Economía Circular recuperó 71 toneladas de descartes industriales. Con ellos diseñó mesas y sillas infantiles para las escuelas municipales, mobiliario urbano, juguetes, composteras, entre otros productos circulares. Depende del Ente BioCórdoba.
Su función principal es educar a las organizaciones para la práctica de esta nueva perspectiva.
La Economía Circular tiene un impacto económico, ambiental y social, aportando un cambio de paradigma en las condiciones de producción y consumo de productos y servicios. Al transformar “residuos” en nueva materia prima, genera valor económico, nuevas fuentes laborales, disminuye el enterramiento y aprovecha mejor los recursos productivos.
De esta manera, cada acción de Economía Circular aporta a combatir la crisis del combate del Cambio Climático.