- Colores y personajes emergen de las paredes que miran al río y tienen como protagonista a Benedicta Elisa Funes Díaz, primera dama de los argentinos en 1889.
- En pleno proceso artístico, la obra de 285 m² se emplaza lindante al nuevo puente peatonal.
- “El tema es la reivindicación de la mujer y poner nuevamente en valor a los personajes de la historia”, destacó el artista Ocampo.
Un mural de grandes dimensiones se alzará en la ciudad, más precisamente en el Parque Las Heras Elisa en los paredones a la vera del río Suquía, acompañando el nuevo puente peatonal.
«Un Parque en Honor a Elisa» se titula esta obra como homenaje a un pasado que hoy deja de ser olvidado y despierta la voz de una mujer cuyo nombre vuelve a resurgir en este espacio verde renovado por el municipio.
Por aquel entonces, el parque encontró su nombre en honor a Benedicta Elisa Funes Díaz cuando abrió sus puertas en 1889, quien fuera la primera dama de Argentina en nupcias con Miguel Juárez Celman.
En los 285 m² los colores verdes y azules se mezclan, como el parque y el río, fluyen y se entrelazan, envolviendo en un saludo eterno a estas dos figuras históricas que se encuentran en el centro de la composición.
Entre faroles de época, la imagen de las cuatro esculturas de la fuente, emergen como guardianas silenciosas de esta narrativa. Ellas representan la ciencia, la industria, la agricultura y el comercio, y juntas personifican La República, que en la representación también simbolizan las damas de honor. Restauradas con esmero, volvieron a la vida en la nueva fuente y en el mural como testigos del pasado que se niegan a ser olvidadas.
Se encuentra la imagen de la desaparecida escultura de «La Aurora», figura central que una vez adornó la fuente primera, otro tiempo y lugar. A través de la pintura, volvió a su espacio en este rincón de la historia.
Ariel Ocampo, artista autor del mural, destacó la trascendencia de revalorizar personajes históricos, además de resaltar el rol de la mujer en la época. “Lo que más me moviliza al pintar el muro es ser parte de estas transformaciones al reflotar la imagen de Elisa, su presencia y accionar en la historia”.
Se trata de la nueva intervención artística que forma parte del programa Arte de Nuestra Gente, que lleva adelante la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba.
«Este programa suma un hito más que a su vez se complementa con los espacios públicos recuperados de la ciudad de Córdoba como el río y el Parque Las Heras Elisa, y esto es gracias a una política en conjunto de las distintas áreas del municipio. Estamos muy contentos porque un nuevo mural que va a embellecer la zona y vamos a disfrutar las cordobesas y los cordobeses», señaló Mariano Almada, secretario de Cultura municipal.
¿Quién fue Elisa Funes?
Hija de una familia tradicional de Córdoba Capital, Benedicta Elisa Funes Díaz (1853-1933) fue una mujer cuyos pasos dejaron huella en la memoria de Córdoba y hoy se erige como una joven protagonista.
En su juventud, se unió en matrimonio a Miguel Juárez Celman quien más tarde sería gobernador de Córdoba y presidente de la Nación.
A principios del siglo XX Elisa Funes vivió los primeros replanteos del género femenino, al mismo tiempo que se comenzaba a desafiar la participación de las mujeres en espacios institucionalizados y no limitarse solamente al ámbito doméstico.
Para ese entonces, la primera dama ocupaba un rol importante en la fundación de la Cruz Roja Argentina junto a su prima materna.
Reseña sobre el renovado espacio verde
El parque fundado en 1889 en un contexto de expansión económica y urbanización acelerada, el Paseo Elisa estuvo marcado por las ideas de esparcimiento, recreación y salubridad de la época.
Para la revolución de 1890 el predio cambió el nombre de Elisa y se convirtió en «Parque General Las Heras».
Después de 134 años, en un acto de reparación histórica, el 15 de julio de 2021 el Concejo Deliberante aprobó la nomenclatura actual, agregando el nombre Elisa a lo que hoy conocemos como el Parque Las Heras Elisa.
El mural en cuestión acompaña esta iniciativa y Elisa junto a Miguel vuelven a encontrarse en una danza de reivindicación, no solo como figuras históricas, sino como un eco perdurable en el arte urbano actual tan presente en esta ciudad.
