• La puesta en valor realizada por la Municipalidad de Córdoba resalta también el monumento a Carlos Gardel y la Tau franciscana en su predio.
  • Estas obras se suman a otros hitos históricos del parque como la fontana con sus esculturas francesas y la tradicional glorieta.

Con más de 130 años de historia, la recuperación y modernización del Parque Las Elisa es también una oportunidad para redescubrir sus hitos.

Entre el brillo de la glorieta, la fuente y el mirador del río, otros dos dejan una huella religiosa y musical a la vista: la escultura de Carlos Gardel y la Tau Franciscana.

El abandono y vandalización que sufrió el parque durante años privó a los vecinos del espacio verde y también afectó a los “gardelianos” de Córdoba. No hubo más homenajes a los pies del monumento del “zorzal criollo” cada aniversario de su trágica muerte ocurrida en 1935.

La historia de la escultura y de los “gardelianos” cordobeses está contada por Julio César Luna en el libro “Así lo hicimos”, publicado en 2007.

Es una pieza elaborada a cargo del artista Raúl Vázquez Cuestas y posee una altura superior a los 3 mts. Se ubica por fuera del espacio enrejado del parque, direccionando su mirada hacia el río.

La obra fue ejecutada a través de la técnica de vaciado de cemento y recubierto con pintura cobriza, a cuidado del escultor Ricardo Zavala desde el año 2009.

Todo comenzó con Ramón González, el “Pinta”, bailarín y maestro de tango, famoso junto a su mujer la “Pocha” por sus shows en el cabaret cordobés “Chantecler”. En 1983 este gardeliano de alma formó la Comisión Permanente de Homenaje a Carlos Gardel, con la idea de hacer un monumento, finalmente colocado dos años después, el 24 de junio de 1985 en el Parque Las Heras.

“Fue una manifestación gigantesca con miles de personas, desfile de autos antiguos y el discurso principal estuvo a cargo del Pinta”, comentó Ricardo Zavala, especificando qué melodía está cantando el Gardel de la obra: Mi Buenos Aires querido.

Tras la recuperación del parque, este 24 de junio volverán los homenajes a Gardel, encabezados por la Pocha, dueña de un museo personal del tango. Habrá música, baile, canto y todo el sentimiento que despierta la máxima figura del tango, aquí en la ciudad de Córdoba.

Como parte de los íconos escultóricos identitarios del parque, se encuentra una Tau Franciscana, una imagen cristiana en forma de “T”, que significa “cruz quebrada”. Se convirtió en un símbolo protector y del compromiso con la pobreza y la humildad para San Francisco de Asís, fundador de la Orden del mismo nombre.

La pieza fue recuperada durante las obras de puesta en valor del parque. Esta emblemática cruz de arte metalúrgico se eleva de un basamento de hormigón de morfología irregular. Está realizada bajo una técnica de montaje de chapa sobre una estructura metálica, que refleja en su interior la imagen de San Francisco con los brazos abiertos.

Al pie de la Tau, sobre su pedestal se encuentra una placa que reza una leyenda franciscana: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.

La Orden Franciscana tuvo gran importancia en Argentina y más precisamente en la ciudad de Córdoba, desde su fundación en el siglo XVI.

Entre los primeros en llegar a Córdoba fueron los franciscanos poco después de la expedición de Jerónimo Luis de Cabrera, en 1575. Se instalaron en el solar, espacio que se le destinó para erigir una pequeña capilla donde funcionó la primera escuela de varones de la ciudad. La Iglesia y el Convento de San Francisco de Asís, es uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos de la ciudad.

Cabe resaltar que los monjes franciscanos dejaron su impronta a través de acciones que son reconocidas en la historia y continúan desempeñando un papel activo en la educación, la cultura y la defensa de los derechos humanos y ambientales.

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