Mario Rivarola lidera, junto con Pedro Márquez y Rodolfo Mantuano, Grupo Conectar. La experiencia del trío en la empresa provincial de energía lo llevó a desarrollar unidades de negocios vinculadas al sector.
Un estudio realizado por la Universidad Austral en 2021 reveló que el 62 por ciento de los argentinos prefiere el empleo estatal antes que el privado, porque lo asocia fundamentalmente con una mayor estabilidad.
Por eso, el camino a contramano que hizo Mario Rivarola junto con sus dos excompañeros de trabajo, amigos y socios, Pedro Márquez y Rodolfo Mantuano, llama la atención aunque haya sido emprendido en la segunda mitad de los años 1990.
Por entonces, y en el marco de un plan de restructuración que el gobierno provincial de Ramón Mestre encaraba sobre la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), el trío decidió acogerse al plan de retiros voluntarios abierto en la compañía. Márquez abandonó el área administrativa –tenía a cargo varias reparticiones–; y Rivarola y Mantuano, el área de medidores y conexiones.
Como primera parada, y al igual que la mayoría de los acogidos, se sumaron a la cooperativa de Luz y Fuerza con la idea de prestar de manera externa distintos servicios a la empresa estatal. Pero en 2001, ya fuera de la entidad, decidieron iniciar de manera independiente su propia empresa: Grupo Conectar.
“Era un año de crisis terrible, pero sabíamos cómo hacer las cosas y qué ofrecer, cuáles eran los déficits de la Epec a la hora de dar el servicio. Un cliente pedía la luz y demoraban 30 días en instalarla, nosotros logramos armar un sistema para darla en un máximo de 48 horas”, relata Mario Rivarola.
–¿Arrancaron entonces con Epec como único cliente?
–Sí, empezamos participando en licitaciones de obras. Además, por 2001 la empresa comenzó a poner en manos privadas ciertos servicios, y logramos ganar algunos. Así fuimos mostrándole que podíamos ser más eficientes. Por entonces, privatizó el área de medidores y conexiones, ya que sumaban a unos 500 usuarios por día, no podían tener más estructura para responder a eso.
–Ahí entraron ustedes…
–Sí. De arranque teníamos claro que lo más importante era atender bien al cliente final, darle un excelente servicio, rápido, ser amables. Empezamos sumando mano de obra para resolver la instalación de medidores y luego fuimos sumando tecnología y otros extras.
–¿Extras?
–Agregamos de forma gradual todos los productos que se necesitan en el punto de medición: tapa, tablero, pipeta, puesta a tierra, etcétera. Siempre con la mira en agilizar el servicio. Incluso, iniciamos la fabricación de muchos de esos productos.
–¿Montaron una fábrica?
–Sí, la estructura fue creciendo y hoy tenemos una planta de producción en Ferreyra. Fabricamos unos 100 productos y distribuimos materiales eléctricos de terceros. En total trabajamos un catálogo de 2.500 a tres mil productos. Vendemos a comercios, empresas de energía de todo el país y, claro, a clientes como Epec.
–¿Y en qué quedaron los medidores?
–Seguimos haciendo el servicio de instalación para Epec en la zona sur de la ciudad (al norte está la Cooperativa), y también atendemos la zona desde Carlos Paz hasta Cruz del Eje.
–Me imagino que hoy no se suman 500 usuarios por día, ¿o sí?
–Bajó la solicitud de medidores, pero además de alta de conexiones hacemos varios servicios en el punto de medición: cortes, reconexiones y lectura de medidores para tarifar el servicio. A esto último lo cubre una empresa de Buenos Aires, y nosotros en la ciudad. En total, tocamos unos 1.200 puntos de conexión por día.
–Una digresión, si se me corta la luz, ¿lo puedo llamar?
–Cuando hay cortes de luz, mis amigos me llaman todos, en los grandes me han vuelto loco (risas). Uno siempre trata de solucionar los problemas rápido, a veces se puede y otras no.
–Epec está instalando medidores inteligentes en la ciudad, ¿con eso no peligra su negocio?
–Ganamos la licitación y proveímos los primeros 60 mil medidores, además de instalar los 50 mil que hasta ahora funcionan. Hay otros 10 mil en proceso de instalación.
–Son rápidos de reflejos…
–Y existe una segunda tanda de 120 mil medidores inteligentes que son provistos por otra empresa que se impuso en ese punto, pero cuya instalación haremos nosotros.
–Una vez colocados, ¿los inteligentes demandan menos servicios?
–Sí, se monitorean totalmente online; se cortan y reconectan a distancia. Pero en la ciudad hay un total de entre 450 mil y 500 mil medidores. Es decir que los inteligentes por ahora equivalen sólo a una parte.
–O sea que tienen trabajo para rato…
–Además, hacemos obras de baja, media y alta tensión para Epec y clientes privados. Y trabajamos para las grandes empresas de servicio. Epec es el cliente más fuerte porque aporta un 50 por ciento de nuestra facturación, otro 30 por ciento proviene de Telecom, hoy le sigue la Municipalidad de Córdoba, luego Aguas Cordobesas y Ecogas.
–¿Qué hacen para cada una?
–Con esta gestión municipal, estamos trabajando mucho en el cambio de líneas subterráneas, fibra óptica e instalación de tecnología led en el alumbrado, entre otras obras. Para Aguas Cordobesas, hacemos lectura de medidores y su recambio. Trabajamos por día y por zona, deben ser de 1.500 a dos mil diarios. Y para Ecogas, hacemos lectura de grandes clientes.
–Son una empresa con uso intensivo de recursos humanos, ¿no?
–Tenemos 450 empleados propios directos; y no propios, entre 120 a 150. Estamos muy organizados en nuestro organigrama, en las áreas de negocios. Dimos un salto tecnológico muy fuerte con el ingreso de nuestros hijos a la compañía.
–¿Hijos?
–Sí, cada uno de nosotros tiene un hijo que se sumó a la empresa. Alejandro, el de Pedro, es contador. El mío es administrador de empresas, y está Lucas (Mantuano), que maneja el marketing.
–Un relevo lento en proceso…
–Van tomando de a poco la posta y le dieron un empuje tecnológico enorme, aportaron su visión. Tenemos la suerte de que a nuestros hijos les haya gustado esto que hacemos y quieran continuarlo.
–¿Tienen un protocolo familiar armado?
–Intentamos hacer todo lo necesario para llevar adelante la empresa sin problemas. Trabajamos con ayuda externa, como empresas de coaching y otras que se dedican a este tema.
–Tienen un gran negocio de venta de productos eléctricos, ¿cómo están atravesando este contexto de restricción de importaciones e incertidumbre?
–La situación es muy difícil, estamos esperando que se tranquilicen las aguas. Muchos de nuestros materiales están dolarizados, los proveedores nos dicen que no tienen precio. Tuvimos que parar buena parte de la actividad por esas razones. Pero en obras y en servicios, seguimos adelante.
–Poner huevos en distintas canastas, una práctica que en este país es condición de supervivencia para las empresas…
–Siempre creímos que debíamos abarcar muchos rubros y servicios porque es muy peligroso concentrarse demasiado en algo en Argentina. Por eso, ampliamos la actividad. Hacemos hasta calles e infraestructura en barrios. Y también estamos trabajando con energías limpias.
–¿Solar?
–Sí, tenemos una unidad de negocios de tecnología solar. Instalamos paneles llave en mano, con foco en las industrias y clientes como las estaciones de servicio. Y estamos con muchos proyectos nuevos, como un parque solar para Córdoba.
–¿Cómo es eso del parque?
–Estamos buscando socios que aporten capital al proyecto, hay varios interesados. Nosotros tenemos la capacidad de desarrollarlo, ejecutarlo y gestionarlo. Puede montarse en cualquier lugar donde haya red eléctrica dimensionada para inyectar en ella los megavatios (MW) que se van a generar en el parque.
–¿Cuánta energía querrían producir?
–Los parques solares pueden ser de distintas categorías, el que nosotros planeamos generaría 85 MW. Una vez inyectados a la red pueden ir a cualquier lado. Y son los grandes consumidores los que cierran un contrato de provisión con Epec para comprar energía de este tipo.
–Es un proyecto importante, ¿apuntan a un determinado consumidor de esa energía?
–Nuestro plan es ofrecer a la industria de Córdoba energía verde, sabemos que hay interés, en especial por parte de grandes empresas, y lo habrá cada vez más a futuro; porque es una energía limpia y además mucho más barata en este caso. Volkswagen, por ejemplo, tiene como meta que en 2025 parte de la energía que consuma debe ser verde.
–Hay demanda asegurada…
–Por eso la Provincia está trabajando fuertemente en que existan empresas que desarrollen estos parques, porque si no está disponible esa clase de energía, esas empresas la tendrán que buscar en otro lado.
–También avanza el uso de electricidad en la movilidad, ¿trabajan en eso?
–Nuestra empresa instaló el primer punto de carga para vehículos eléctricos de Epec. Ese ‘surtidor eléctrico’ está ubicado en la playa de estacionamiento del edificio central de la empresa, en calle La Tablada. Por ahora, falta normativa importante, para tener claridad en los precios, por ejemplo. Pero eso también va a desarrollarse. El negocio de la energía es muy cambiante, por eso trabajamos en ir acompañándolo.
Nombre. Mario Rivarola (61 años).
Casado con. María del Carmen. Tienen a Claudio Alejandro (34 años) y Soledad Fernanda (31).
Hobby. “Acompañar a mi hijo a correr carreras de jet ski. Claudio es campeón argentino en esa disciplina”.
Empresa. Grupo Conectar, fundada juntos con dos socios y amigos: Pedro Márquez y Rodolfo Mantuano.
Qué hacen. Nacidos con foco en energía, hoy desarrollan cinco unidades de negocio: obras públicas y privadas, energías renovables, telecomunicaciones e infraestructura tecnológica, smart grid y mediciones de servicios públicos y privados, y producción y distribución de materiales eléctricos y de iluminación.
Estructura. Tienen sede propia en Juan B. Justo 8500, depósitos en Colonia Tirolesa y una fábrica de productos eléctricos en Ferreyra. Elaboran unos 100 ítems que, sumados a los que venden de terceros, componen un catálogo de hasta tres mil que proveen a comercios y a empresas de energía. Prestan distintos servicios a Epec, Telecom, Aguas Cordobesas, Ecogas y Municipalidad de Córdoba. Tienen 450 empleados directos y entre 120 y 130 no propios.