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Luego de haber recorrido durante días una feria de tendencias alimentarias en París, Candelaria Garzón volvió al país convencida de que tenía una gran oportunidad de negocio con las comidas congeladas. Cuando aterrizó y regresó a su Córdoba natal, se puso a cocinar carnes a baja temperatura durante siete horas para posteriormente sellarlas al vacío y venderlas bajo el nombre de Cool Meals, pero la idea no funcionó. Los altos costos no le permitieron introducir el producto al mercado. Para lograr el éxito primero tendrían que transcurrir cuatro años, repensar el negocio a nivel retail y que llegue una pandemia para cambiar los hábitos de consumo.
La vocación por la gastronomía la heredó del negocio familiar, una empresa de catering industrial. Trabajó durante diez años codo a codo con su padre, hasta que un día ambos se sentaron a conversar sobre el futuro de la compañía. “Yo le planteé a mi papá que a mí me gustaba la industria, la maquinaria, que mi sueño era tener una fábrica desde la que despachar productos listos”, recordó. En esa búsqueda, se encontró a los productos conocidos como “de quinta gama”: se cocinan, se envasan y ya están listos para consumir con solo unos minutos de microondas.
“La idea era llevar al hogar, de forma práctica, un plato premium del mismo nivel que se encuentra en los restaurantes. Habíamos visto que esta tecnología era un éxito en Europa, pero los consumidores cordobeses no estaban preparados todavía, no les terminaba de convencer la técnica del envasado al vacío”, sostuvo.
Sin embargo, la idea sí captó la atención de Grido. También de origen cordobés, la cadena argentina de congelados -en los últimos años se despegó de la imagen de heladería por la cual se volvió famosa- la animó a Garzón a armar viandas congeladas para ofrecerlas en sus sucursales. A pesar de tener una planta chica, la emprendedora aceptó el desafío y se decidió por probar con las pastas. Tras prueba, error, y un año de desarrollo de producto, la marca salió al mercado.
Ese respaldo les permitió que el negocio tomara vuelo. También colaboró la “nueva normalidad” de la pandemia, donde el producto pudo adaptarse a los nuevos estilos de vida. Eso les dio el envión para crear en 2021 su propia marca de comida congelada, Froodie, para desarrollar otros productos por fuera de Grido. Tartas, rolls, pollo a la portuguesa, lasaña y hasta postres son algunos de las comidas que se ofrecen al mercado.
“Nos fuimos encaminando”, acotó Garzón. En la actualidad cuentan con una producción de 70.000 unidades al mes, que se distribuyen tanto en las 1600 franquicias de Grido del país, como en mercados de proximidad de Córdoba y el supermercado regional Supermami. Tras facturar $80 millones el año pasado, para este 2022 las estimaciones trepan hasta los $160 millones, con planes de expandirse internacionalmente.
“A la hora de apostar a esta industria, tomamos como referencia el crecimiento de la demanda en Estados Unidos. Este país suele marcar tendencia en hábitos de consumidores, como fue el caso de las hamburguesas, la cerveza artesanal y otro sinfín de ejemplos que primero fueron un éxito allá y luego se posicionaron muy bien en nuestra región”, indicó la empresaria.
Según datos de Statista, un estadounidense promedio consume por año alrededor de 28 kilos de alimentos congelados listos para consumir. Entre ellos, la mitad los elige por la falta de tiempo que tienen para cocinar.
“En cambio, en la Argentina esa cifra es de tres kilos, por lo que a futuro puede multiplicarse un diez por ciento. Si comparamos con Estados Unidos parece que estamos a años luz. Pero después descubrí que, sin ir más lejos, Chile consume bastante este tipo de productos. Por eso no dudo de que esta tendencia se va a consolidar en el país en los próximos años”, afirmó.
Mientras espera que los argentinos lo adopten dentro de sus hábitos, desde la marca apuestan por la exportación de productos, con la carne vacuna argentina en el centro de la escena. El primer destino fuera de la frontera será Chile, donde los consumidores demandan esta clase de productos, pero el país no tiene fabricación interna. Sin embargo, la ambición va más allá. También tiene proyectado aterrizar en Estados Unidos para 2024 y están en conversaciones con clientes de China.
“Creo que es una tendencia a nivel mundial, que acompañan la transformación de las nuevas familias. Padres solos, mujeres que trabajan y tienen poco tiempo para las tareas de la casa. El tiempo nos corre a todos, hemos empezado a priorizar diferentes actividades en las horas que tenemos libres, y la cocina no es una de ellas. Por eso las propuestas de comida lista, saludables y de calidad, resuelven uno de los problemas cotidianos. No es comer fast food y competir sobre lo que ya existe, sino una nueva alternativa”, cerró.
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