Las instalaciones permiten que la Ciudad de Córdoba deje de arrojar sus líquidos cloacales sin tratamiento al río Suquía. 
La mega obra forma parte del plan de saneamiento impulsado conjuntamente por la Provincia y el Municipio.  
La inversión superó los 24 mil millones de pesos y fue financiada con fondos nacionales y provinciales.  

El gobernador Juan Schiaretti y el intendente Martín Llaryora supervisaron la puesta en funcionamiento de la nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales Bajo Grande.

La obra, iniciada el 12 de diciembre de 2016, quedó operativa el pasado 30 de marzo, previo al Día Nacional del Agua.

La planta forma parte de la obra de “Ampliación de la capacidad de tratamiento de líquidos cloacales y construcción de colectores principales de la Ciudad de Córdoba”.

“Esta es la mayor obra de saneamiento del interior de la Argentina y la hicimos en Córdoba”, afirmó el gobernador Juan Schiaretti durante el acto de puesta en funcionamiento de la nueva planta.

“Gracias a estas colectoras troncales y a la decisión del intendente Llaryora, se pudo también avanzar en las redes de cloacas en Villa El Libertador, que era uno de los problemas más serios de la zona”, resaltó el Gobernador.

La ejecución de la planta forma parte del plan de saneamiento impulsado conjuntamente por la Provincia y el Municipio y demandó una inversión de $24.431 millones de pesos, financiados con fondos nacionales y provinciales.

De esta manera, la nueva plata de Bajo Grande beneficiará a 1,9 millones de ciudadanos, aproximadamente, y está proyectada para los próximos 20 años.

“Hoy es un día histórico porque después de 30 años y con la habilitación de esta nueva planta, todos los líquidos cloacales de Córdoba estarán tratados correctamente. De esta manera cuidamos nuestro querido río y ampliamos la capacidad en materia de obras”, enfatizó el intendente Martín Llaryora, destacando además el potencial de la obra para desarrollar más barrios que cuenten con servicio cloacal.

Durante el recorrido por las nuevas instalaciones, Llaryora valoró además la realización de los 55 km de troncales cloacales y adelantó la realización de otros 14 km mediante nuevos convenios con la provincia. “Son obras esenciales, históricas que van a ir resolviendo el tema cloacal y ambiental de nuestra ciudad”, subrayó.

En cuanto al financiamiento de la nueva planta, el intendente rescató la importancia del trabajo junto al gobierno provincial y nacional, porque “una obra que cuesta más de 24 mil millones de pesos y demora mucho tiempo, es imposible solventarla con recursos propios”.

Además, la nueva planta tendrá una capacidad de tratamiento de 10.000 m3/hs, es decir, 87.000.000 de m3 al año (lo que sería equivalente a 1/2 Dique San Roque depurado por año) y una superficie de 27 hectáreas (equivalente 40 canchas de fútbol como la del estadio Kempes o la superficie del Dique La Quebrada).

Para su ejecución fueron afectados 220 obreros, en promedio mensual, mientras que fueron 65 los ingenieros que trabajaron en distintas ramas y durante el transcurso de la misma.

Detalles de la Planta

La nueva obra comprende 27 hectáreas y se construyó sobre un predio de 50 ha, contiguo a la planta existente, ubicada al este de la ciudad, Camino a Chacra de la Merced.

Además, a partir de su puesta en funcionamiento, la nueva Planta de Bajo Grande es operable en dos módulos, cada uno de los cuales podrá tratar 5.000 m3/hs, ante variaciones estacionales.

Los mismos están compuestos de tres sedimentadores primarios, unidad de bombeo de barros primarios, concentradores de grasas, sala de sopladores, entre otros.

Además, contará con una estación transformadora con generación alternativa, que le permitirá atender la demanda ante un colapso del sistema de alimentación eléctrica externo, sin poner en riesgo la generación de oxígeno para la biodigestión. La estación transformadora mencionada, también atiende los requerimientos de la planta existente.

Cabe destacar que está obra brinda numerosos beneficios ambientales, ya que el volcamiento se realiza cumpliendo todos los estándares normativos, permitiendo la recuperación del ecosistema y garantizando el cuidado del recurso, que es vital para todas las localidades aguas abajo, y la Laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza.

Sumado a esto, se comenzará la instalación, como ampliación de proyecto, de un complejo ingenieril de recuperación de gases para biogeneración, que aportará el 20% de la energía necesaria para los procesos internos. Se pretende así, implementar una fuente alternativa, ecológica y apuntando neutralidad al carbono para proteger la capa de ozono.

Finalmente, la intervención incluye la construcción de cinco colectores troncales de más de 55 km de longitud en su conjunto.

Asimismo, la obra consta de una serie de unidades que se pueden agrupar en cuatro grandes bloques:

• PRETRATAMIENTO: es el tren de entrada o unidad de ingreso (de 110 m por 50 m, de un tamaño similar a la Torre Ángela acostada), donde se hace el desbaste del efluente, de manera tal que se extraen los sólidos y sobrenadantes de la corriente líquida, para distribuirlos a los sedimentadores primarios de la nueva planta o retornar a unidades primarias de la existente.

• TRATAMIENTO PRIMARIO: compuesto por las baterías de sedimentadores primarios (6 importantes tanques de 45 m de diámetro por 6.50 m de profundidad), es el lugar en donde se aquieta la corriente del líquido acondicionado en el pretratamiento, de manera que se produzca la decantación de sólidos en suspensión. A partir de aquí, el líquido decantado pasa a las unidades siguientes.

• TRATAMIENTO SECUNDARIO O BIOREACTOR: es el bloque más complejo y dinámico. Está compuesto por 8 piletas de aireación de 60 m por 20 m, con su sala de sopladores, las unidades de recirculación de lodos, y las baterías de tanques sedimentadores secundarios o clarificadores. Esta batería son 6 mega-tanques de más de 50 m de diámetro. En este grupo de construcciones termina de precipitar y digerir la materia orgánica soluble, a través de la acción de familias de bacterias que degradan esa materia, en presencia de oxígeno y nitrógeno. El líquido decantado, se dirige a la cloración y finalmente al receptor final, que es el río Suquía.

• TRATAMIENTO DE BARROS: en las unidades de líquidos, tanto primarios como secundarios, se generan barros decantados que son bombeados a tanques de espesamiento, que una vez acondicionado este lodo, se direcciona a los digestores primarios y secundarios donde se neutraliza biológicamente. Estos digestores son 8 estructuras cilíndricas de 20 m de diámetro por 20 m de altura. El proceso termina con la deshidratación y secado de los barros inertes para su disposición final.

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